Tras más de 10 meses inmersos en la pandemia del Coronavirus la reinvención es ya el pan nuestro de cada día, más aún en una televisión modesta y tan humilde como en la que trabajo. Sin embargo me pareció que estas navidades era el momento idóneo para llevar a cabo un proyecto que llevaba en mi agenda mucho tiempo. Una gala de navidad, a la altura de los cotillones de la televisiones generalistas, siempre adecuándonoslo a nuestros medios.

La acogida del programa fue todo un éxito, lo que respondía a la necesidad que los cabeceos y cabecearas tenían para sentirse unidos en unas fechas que así lo requieren y que por las medidas de seguridad no se les ha permitido en este año.

La organización fue todo un reto, no solo por la dificultad de que los propios grupos pudieran quedar todos, sino porque las localizaciones que habíamos elegido eran al aire para asegurar la salud de los participantes, sin embargo esta situación generaba la dificultad a la hora de grabar el sonido. Después de la edición conseguimos ecualizar bien y en el producto final se puede observar un programa muy cuidado y cumpliendo las expectativas.